Ha llegado el frío y con él la temporada de los calçots. Se trata de un producto clave de la gastronomía catalana, las principales zonas de cultivo se encuentran, especialmente, en la provincia de Tarragona. Aunque ahora ya se puedan encontrar, la temporada de las calçotades empieza a finales del invierno, entre febrero y el marzo. Sus propiedades son similares a las de la cebolla, o sea contiene poco contenido calórico, pero es rico en fibra. El fósforo ayuda al fortalecimiento de los huesos y los dientes, además de proteger el intestino. También, es un alimento idóneo para las dietas: favorece la expulsión de toxinas y ayuda a controlar la retención de líquidos. Se suele hacer a la parrilla con fuego vivo, pero también se puede hacer salteado con verduras, sofrito en el arroz o añadirlo en una tortilla. Cada uno a su gusto.